La explosión de GAMEFEST: tras la senda de GAMESCOM y el E3

Hace ya una semana se celebraba la apertura de una de las ferias más esperadas en España, la ya consolidada GAMEFEST.

Con un precio que oscilaba entre los 6 y los 8€, las entradas para el jueves se agotaron en un abrir y cerrar de ojos, vendiéndose el viernes unas 15.000 entradas y el sábado y domingo unas 20.000. Por tanto, se puede asegurar que GAMEFEST supuso un rotundo éxito de público.

Distribuidoras, desarrolladoras y creadoras de videojuegos se reunían la pasada semana en IFEMA en Madrid para rendir homenaje a una de las formas de industria cultural con más crecimiento en los últimos tiempos: la industria del videojuego.

Entre los stands más llamativos, destacaríamos el de Nintendo, donde The Legend of Zelda era el reclamo fundamental; el de Warner, con la presentación de algunos de los juegos más esperados de los últimos años, como Batman Arkham City, El Señor de los Anillos: La Guerra del Norte y Final Fantasy XIII-2. A destacar también los dos stands de 2K en forma de autobús para NBA2K12 y The Darkness II, que congregaban a un público de curiosos por lo original de su espacio.

El stand de THQ era quizás uno de los que más afluencia de público concentraba a su alrededor, quizás por sus juegos (Barbie, El Gato con Botas, Saints Row: The Third…) o quizás por la stripper y el Hammer con que “decoraban” su stand. Desde luego no dejaron indiferente a ninguno de los asistentes.

Vestidos de militares y con un stand que simulaba una trinchera, tenemos que destacar el estupendo trabajo de BATTLEFIELD 3, donde en el interior de la misma se podía disfrutar de una partida al tan esperado juego.

Los Sims3, la nueva Playstation Vita, Gears of War 3… Todo un conjunto de esperadas novedades, y alguna que otra sorpresa, para contemplar disfrutando de las crujientes palomitas de maíz con las que el stand de FOX nos deleitaba.

Esperemos que el crecimiento del GAMEFEST en próximas ediciones sea proporcional al crecimiento de la industria de los videojuegos. Aunque, pase lo que pase, el año que viene estaré allí.